jueves, 30 de julio de 2020

La madre protectora

😲
Debes engañarlos, decía mi madre. 

 “Ellos algún día vendrán por ti, así como lo hicieron con tus hermanos menores”. 

Yo apenas los había conocido, empezaban a caminar y desaparecían misteriosamente.

—Mamá, ¿dónde está mi hermanito?

—¡Shh!, silencio, ellos se los llevaron.

Era tanto mi pavor y el miedo a que ellos me llevasen que obedecía todo lo que decía mi madre sin chistar. Era tan cotidiano verla hablándole a la pared o suplicando a la ventana.  Había noches donde me exigía que durmiera bajo mi cama o que esté horas encerrado en el clóset.

Por días me daba de comer solo arroz y otros tantos se iba de casa dejándome sólo manzanas para soportar el hambre.

Ponte esta máscara me dijo aquel día, así ellos no sabrán quién eres. Yo accedí ,al rato escuché sus llantos acostumbrados.

”No se lo lleven, no se lo lleven, a él no”

Yo me sentía protegido por la máscara así que me quedé inmóvil sabiendo que mi madre me estaba protegiendo. 

Deje de escuchar su voz, me preocupé. Lentamente la busqué por toda la casa, hasta que la encontré tirada en el jardín con un cuchillo en sus manos, totalmente desangrada. La sirena de la ambulancia sonaba a lo lejos. 

Con los años entendí que mi madre me protegía de ella misma. Debajo de ese jardín estaban enterrados los huesos de mis pequeños hermanos que no pudieron escapar de su esquizofrenia.

Autora: Patricia Mendoza Cerna

Dory : La prostituta

DORY: LA PROSTITUTA

DORY era una prostituta de gran belleza, tenía unas largas piernas, un buen trasero y unos pechos considerables, tenía una gran belleza que la hacia resaltar de las demás prostitutas, un día yo fui en busca de un poco de sexo y encontré a dory, llegamos al cuarto de hotel, tuvimos sexo, todo fue muy bueno, yo quedé asombrado ante su belleza.
En una tardé lluviosa yo me sentía bastante sólo, me encontraba bebiendo en mi habitación, así que salí hacía aquel lugar donde dory. solía brindar sus servicios, y justamente allí la encontré, le ofrecí cierta cantidad de dinero y la lleve conmigo, llegando a mi habitación dory comenzó a desnudarse, yo la detuve, le dije que esperará que está noche sólo quería platicar y tomar un poco, ella soltó una risita y luego accedió, me empezó a contar acerca de su vida, había nacido en un hogar disfuncional, donde su padre era alcohólico y la golpeaba, su madre era drogadicta y prácticamente ella no les importaba en lo más mínimo, también me dijo que a los 15 años había escapado de su hogar, que jamás había terminado sus estudios y le era difícil conseguir un empleo, había dormido varios meses en la calle y todo eso la había orillado a la prostitución, me contó sobre los maltratos de algunos clientes, y lo repugnante que era para ella el acostarse con varios hombres al día.
Me dijo lo importante que sería para ella escapar de la prostitución, que ella soñaba con formar una familia, tener un lindo hogar, he incluso tener hijos, me sorprendió mucho su forma de pensar, y ver que a pesar de lo que había vivido no le guardaba rencor a nadie.
Salimos un par de ocasiones más, platicábamos, salíamos a caminar, cada vez me asombraba más su manera de ver la vida, sentí que me empezaba a enamorar de ella.
Deje de ver a dory por un largo período, por cuestiones de trabajo, no recuerdo muy bien si fue por dos años o más; una tardé caminando por el vecindario la encontré, estaba allí parada, aún conservaba su belleza, me acerqué a ella y platicamos por un largo rato, me contó que había abandonado la prostitución, que había encontrado un trabajo decente, me dio su dirección y dijo que pasará a visitarla cuándo tuviera tiempo. 
Pasaron dos meses y yo no podía ir a visitar a dory, tenía demasiado trabajó, así que pensé en visitarla la semana entrante, el martes por la mañana recibí una llamada, era un Policía, me preguntaba cosas acerca de dory, había encontrado mi número en su agenda telefónica, le di mis datos y le dije lo que sabía acerca de dory, el me dijo que dory había muerto, que por la noche un sujeto le había ofrecido dinero a cambio de sexo, ella no accedió y el sujeto entró por la fuerza a su apartamento, la golpeó y abuso de ella, después la mató, me quedé sin palabras, sentí un nudo en la garganta y un fuerte sentimiento dentro del pecho, sentía que el corazón se me partía en dos.
Cómo ella no tenía familiar alguno, yo fui a reclamar el cuerpo, para darle un funeral digno, al llegar a aquél lugar, escuché a los policías decir que lo que le había pasado, ella se lo había buscado, que era una prostituta, una escoria menos para la sociedad, que bendito fuera el hombre que le había quitado la vida, yo me llene de coraje, ellos no habían conocido a dory cómo lo había echó yo, el día de su funeral, fue demasiado triste, no fueron muchas personas, nadie le lloraba excepto yo, a nadie le iba a hacer falta, sólo a mi, yo la miraba allí dentro de aquella caja, me maldije a mi mismo, por no haberla ido a visitar unos días antes, quizá si yo hubiera estado allí ella aún estuviera con vida, me arrepiento de no haberle dicho te quiero, de no haberle dado un último abrazó, de no haberle dicho lo importante que era para mi, ahora ella está allí dentro de aquella caja, en sus labios se dibuja una lijera sonrisa, quizá sea por que ella sabe que por fin ha terminado, que al fin terminó éste infierno para ella quizá sabe que si había alguien que si la amaba y no hubo tiempo para decirlo ...

Texto copiado

Créditos al autor

Mala Suerte

MALA SUERTE 

Mañana cumplo 12 años de estar metido en esta maldita prisión y mañana mismo salgo libre.
Eh contado cada día que eh pasado aqui, recordando a ese animal que hizo que yo fuera encarcelado y botado sin más defensa que mi palabra, todo me apuntaba a mí.

Quien iba a creer en un campesino? 
Quien creería que el sacerdote fuera un animal sediento de sexo y lujuria ? 

Ese día salí temprano de casa para irme a mis tierras que tenía cerca del río, muy buena tierra me dejó mi señor padre y me enseñó bien lo que era todo eso, me daba buena cosecha vivíamos en lo que cabe bien. 
Por lo menos teníamos que comer cada dia.
Fui hijo único, al morir mis viejos herede todo, no era mucho pero las tierras y la casa de mis padres fue un patrimonio muy hermoso.
Ahí lleve a mi esposa y tuve dos hijos un niño y una niña dos años se llevaban de diferencia y eran muy sanos y estábamos por bautizar a la niña y por eso fue que iría a la iglesia después de hacer mis actividades en el campo, mi esposa estaría muy ocupada y pues sería mejor que yo fuera.
Así que como a las 11:00 del día me encamine al pueblo que ya tenía más o menos unas 1500 personas, un pueblo muy católico y creyente de todo lo que es la iglesia.
Me tarde una media hora en llegar a la iglesia, a esa hora al parecer el padre aún no recibe a nadie pero yo entré y camine asta el frente dónde está el altar y también dónde está la puerta donde tiene también su casa ya que ahí vivía ese sacerdote.
Al llegar al fondo escuché como unos sollozos apagados y unos gritos de alguien que decía.

Cállate maldita o te mueres !!

Unos escalofríos pasaron por mi cuerpo y enseguida sentí que no era nada bueno, así que camine con sigilo hacia dentro de la casa del sacerdote, pase la puerta que no estaba atrancada solo estaba media abierta y entré.

Al pasar, los sollozos se escuchaban más fuertes y mi corazón también, al llegar a la habitación del cura que tenía la puerta cerrada me avalance sin pensar más y la tire del empujón.
Al entrar encontré una situación tan terrible, ese cura violando a una jovencita que tenía amarrada y acostada en su cama semi desnuda, se levantó como de rayo acomodándose la sotana y los calzones diciendo que el no tenía la culpa que ella traía el diablo dentro y que lo había orillado a eso.

La muchachita me decía llorando.

Ayúdeme señor por favor !!
El me sometió me ultrajo, dijo que me enseñaría a hacer mis votos.
Ayudemeee !!

Yo estaba temblando de furia y miedo, entre tanto relajo el cura se había escabullido hacia la puerta, mientras yo soltaba a la chica, cuando me dí cuenta el ya estaba afuera gritando a la gente que un hombre había entrado a la iglesia y estaba violando a una niña que lo ayudarán por qué también lo había golpeado, el mismo se reventó la boca y el ojo se lo puso morado.

La gente se junto, como arte de magia, cuando íbamos saliendo de la iglesia afuera ya había más de 50 personas y una patrulla de policía ya que la comandancia estaba cerca de la iglesia.
Y el padre se había encargado de envenenar a la gente.

Ahí viene ese maldito !!

Y me señalaba.

Yo sosteniendo a la chica por qué se me iba desmayando, le grite.

Eso no es cierto ese cura fue el que estaba abusando de esta niña, yo entré a su casa y estaba con ella en su cama, pregúntenle a la muchacha. 

Estás demente asesino yo estuve con el comandante y estaba regresando a mi casa y te encontré ahí, tú estabas abusando de la pobre chiquilla.
Aquí está el comandante y el dirá la verdad.

Todos miraron al comandante y el solo dijo..

el padre tiene razón. 

Yo miré a la chica y le dije.

Diles la verdad por favor, tú eres la única que podrá convencerlos.

Ella solo me miró y grito.

Ayudenmeeee !!

Y con eso tuvieron para arremeter contra mí, no me mataron pues la verdad ni supe el por qué ?
pero si me dejaron casi muerto.

Desperté a la semana en el servicio médico de la cárcel y después a la comunidad, eso fue otra era de golpes y de humillaciones que la verdad no es fácil de decir, solo les diré que me colgué 7 veces y nunca pude matarme, luego comprendí que tenía que vivir para vengarme y eso me tuvo vivo todo este tiempo, mi familia jamás vino a verme, mi esposa nunca me creyó y se volvió a casar, y me quitó todo.

Pero mañana saldré y ese cura ya verá lo que le espera.

Son las 12 del día y estoy en la puerta del Cereso.
Al fin salí ahora a buscar mi revancha.
Tome un camión para llegar a mi pueblo creo que con esta gorra y mi barba jamás me reconocerán, espero que esté aún sano ese maldito lo voy a despedazar.

Llevaba una escopeta recortada armable pensé que con esa arma no fallaría jamás. 

Llegué muy temprano al otro día y pensé, desayunare y después iré.

Al parecer nadie me conoció, esperaré que sean las 11 de la mañana y le llegaré igual, chance le vuelva a caer en una de sus porquerías.

Al fin las 11
Voy para aya !!

Caminando tranquilo sin llamar la atención, me encamine hacia la iglesia, aún estaba más o menos igual y por lo menos estaba muy silenciosa sin gente.

Saque la maleta y arme la recortada despues me encaminé hacia el fondo, de nuevo mi corazón estaba a mil por hora y de nuevo escuché unas voces.

Pero no eran sollozos eran gemidos de placer.

Despacito entré a la casa, mi arma siempre apuntando al frente, pase la sala y camine a la cocina el muy maldito viejo estaba siendo víctima de sexo oral y yo sabía que no era por gusto, pero está vez no me dará pena esa maldita chamaca, está vez vengo por todo y así como estaba de espaldas disparé, y esa arma tan poderosa vómito fuego de muerte y estoy seguro que ese maldito violador ni sintió como le desbarataba las nalgas del impacto y la que estaba al frente de él recibió lo suyo también.

Jajajajaja 

Como un demente, me acerque riendo al maldito y lo voltie boca arriba, aún boqueaba el desgraciado, a la chica no la reconocí ya que el disparo le había destrozado la cara, como quiera ya estaba muerta.

Me incliné al cura y le dije...

Te dije que me las pagarías maldito.
Ahora pagarás en el infierno maldito jajaja.

Me levanté y apunté a su cara, él me miraba y yo veía que me sonreía burlón.

De que te ries maldito, de que te ries ? 

Me volví asercar y levemente le escuché decir.

Te espero en el infierno.
Mataste a tu hija. 
Jeje

Nooooooo !!

Los que se iban acercando a la iglesia escucharon otra detonacion  era el que se había suicidado 🙈😭🙉😭😱 

Él accidente

El accidente 

Trabajé duro por más de diez años en la empresa. Me ascendieron y me dieron un aumento salarial. Por fin logré comprarme un automóvil último modelo; no obstante, tardaría cinco años en pagarlo. También tenía planeado rentar un departamento más grande, con cochera y que estuviera ubicado en una mejor zona. 
—¡Muchas felicidades, Enrique! —me dijo Gabriel, mi vecino y amigo de casi toda la vida—. ¡Me da mucho gusto por ti! 
—Sí, hombre, gracias, ya me lo merecía. Lo único malo es que ya no nos veremos tan seguido. 
—¿Y eso? 
—Tengo pensado mudarme a un mejor sitio. 
—¿Y este qué tiene de malo? ¿No te gustan los vecinos?
—No es eso, creo que es tiempo de buscar cosas mejores, ya sabes. 
—No, no sé —dijo Gabriel—. Yo creí que éramos buenos amigos y que nos seguiríamos visitando todos los días. 
—Y seguiremos siendo buenos amigos. Puedes visitarme a mi casa y yo seguiré viniendo al barrio. Nada cambiará entre tú y yo. 
Sacó una cajetilla, tomó un cigarro y lo colocó en sus temblorosos labios. 
—No estoy seguro, quizá ahora querrás juntarte con gente de más dinero. 
—No seas tonto, hermano. Yo sigo siendo el mismo tipo de siempre. 
—Tienes razón. Perdón, de pronto me puse sentimental. 
—Oye —le dije—, ¿quieres que te preste un encendedor? 
—¿Para qué?
—Para que prendas tu cigarro. 
—Ah, no, no. Ya voy a mi casa, allá lo enciendo. 
—Ok, voy a comer algo porque tengo que volver a la oficina. Nos vemos en la noche para echarnos unas cervezas. 
Me di la media vuelta y él me sujetó del brazo con fuerza. 
—Yo en tu lugar no dejaría el automóvil aquí. Hay gente peligrosa y ya ves, también existe gente que dice que este barrio no vale la pena y que no está a su altura. 
—No te preocupes, será rápido. Sólo comeré y enseguida me voy volando al trabajo. 
Metí comida congelada al horno de microondas. Escuché un estallido y casi de inmediato sonó el teléfono. 
—Hola —contesté. 
—¡Enrique, Enrique! —gritó la vecina. 
—¿Qué le pasa? 
—¿Es tuyo el carro que está enfrente de la casa de Gabriel? 
—Sí, es mío. 
—Se está quemando, sal rápido, por el amor de Dios. 
Traté de apagarlo, pero no pude; le habían echado demasiada gasolina. Llamé a los bomberos y aunque no tardaron ni diez minutos en llegar, el vehículo fue pérdida total. No supe qué pasó. Así que toqué la puerta de Gabriel y le pregunté que si había visto algo extraño a los alrededores. 
—No vi nada —dijo, asomándose por una ventana de su casa. 
A pesar de que se cubría con la cortina, noté que tenía las cejas quemadas y la cara roja. 
—¿Qué te pasó en el rostro? 
—Fue un accidente. Quise prender el cigarrillo con el fogón de la estufa y… ¡fue un accidente! 
—¡Qué raro! 
—Te lo advertí —dijo—, en este barrio hay gente peligrosa y tipos que se creen superiores. 
—¿Peligrosa? Yo creo que hay gente estúpida y envidiosa en este vecindario. 
La policía llegó a mi casa. Me despedí de Gabriel y le dije que encontraría al responsable y que lo haría pagar por las buenas o por las malas. 
—¿Cuándo me vas a invitar a tu nuevo departamento? 
No le respondí nada y me fui acercando a uno de los oficiales. 
—¡Juro que fue un accidente, Enrique! —gritó Gabriel, mientras salía de su casa. 
El cigarrillo apagado seguía temblando en su envidiosa bocaza. 


            SERVANDO CLEMENS

Flores Recibidas

❣️🌹FLORES RECIBIDAS 🌹❣️

Las rosas rojas eran sus favoritas, su nombre era Sonia.

Cada año su esposo se las mandaba atadas con un moño bonito.

El año que él murió, le entregaron las rosas a su puerta. Con una tarjeta que decía:

“Sé muy valiente “ igual que los años 
anteriores. Cada año le mandaba rosas y la tarjeta siempre decía.- te amo más esté año que el año pasado, en este día, mi amor crecerá con cada año que transcurre..

Ella sabía que está era la última vez que recibirá rosas.

Pero, pensó qué tal vez las había ordenado antes de morir, puesto no sabía lo que iba a suceder. A él siempre le gustaba adelantarse.

Haciendo todo por si acaso estuviera muy ocupado para hacerlas en la fecha indicada.

Por eso ella cortaba los tallos y las colocaba en un florero muy especial que ponía a un lado de su retrato, después se sentaba horas enteras viendo el retrato y las flores. Paso un año y era muy difícil vivir sin su pareja.

La soledad la había invadido y parecía su destino, pero entonces igual que en otros Días de San Valentín, sonó la puerta y encontró las rosas. 

Entró con ellas en la mano y con gran asombro tomó el teléfono y llamó al 
florista, inmeditamente contesto el dueño y ella le pidió que le explicara...

¿Quién quería causarle tanto daño?
La respuesta fue...

-Se que su marido murió hace más de un año y sabía que usted me llamaría.

Las flores que usted acaba de recibir, fueron previamente pagadas. Su esposo siempre adelantaba las cosas, sin dejar nada al devenir.

Hay un pedido en su expediente pagado por adelantado para que reciba estás flores todos los años.

También debe saber otra cosa; hay una notita especial escrita en una tarjeta, esto lo hizo hace muchos años y en ella dice que si yo me enterase qué él ya no está, esta tarjeta se la debo enviar a usted al año siguiente.

Sonia se mostró agradecida y colgó inmersa en un mar de lágrimas, con las manos temblorosas y lentamente tomó la tarjeta con la nota, se le quedó viendo en silencio total.

Leyó lo siguiente.

"Hola mi amor ,sé que ya hace más de un año que me fui. 

Espero no haya sido muy penoso recuperarte, se lo solita que debes de estar y que el dolor debe ser verdadero, pues si fuera diferente se cómo yo me sentiría. 

El amor que compartimos hizo que todo en la vida se viera Hermoso. Te quise más de lo que cualquier palabra puede expresar.

Tú fuiste la esposa perfecta, fuiste mi amiga y amante, llenaste todo lo que anhelaba. 

Se que solo ha pasado un año pero te pido por favor no sufras más. 

Quiero que seas felíz aunque derrames lágrimas. 

Por eso las rosas te llegarán todos los años, cuando las recibas piensa en la felicidad que tuvimos juntos y como fuimos bendecidos.

Siempre te ame y te seguiré amando; pero tú tienes que seguir viviendo.

Por favor trata de encontrar la felicidad mientras vivas, se que no será fácil; pero sé que encontrarás la forma .

Las rosas te seguirán llegando cada año, hasta el día que no haya quien habrá la puerta.

El florista ha recibido instrucciones de tocar tu puerta cinco veces el mismo día, por si saliste.

El día que ya nadie la abra, sabrá a dónde llevar las flores...

“En donde estaremos reunidos “

Creditos al autor..

La masacre de Marta

🚫...LA MASACRE DE MARTA...🚫

Derecho de autor: Alejandra A.

Era la hora de mi venganza, desde niña siempre me han humillado y han hecho de mi vida un infierno, todo empezó cuando tenia 8 años, mis compañeros de aula siempre me echaban a un lado por ser diferente a ellos, era una niña muy tímida, por el simple hecho que no hacia lo que ellos querían que haga, ellos se molestaban y me golpeaban, así era toda la primaria, hasta que mi madre al ver que siempre llegaba con moretones, fue con la directora del colegio y se quejo, la directora dijo que tomaría medidas drásticas para los niños que me molestaban, mando a llamar a sus padres, pero estos tenían mucha influencia por ser de buena familia, la directora no pudo hacer nada, mi madre al ver eso, decide cambiarme de colegio.

Estaba iniciando mi secundaria en un nuevo colegio, por fin mi vida cambiaria pensaba que todo me iba a salir bien, pero no fue así, al ingresar me vieron como un bicho, me sentí intimidada que baje la mirada, al terminar la clase el profesor se retira, estaba apunto de salir cuando unas chicas me impiden la salida, se paran delante de mi y me empiezan a molestar, yo les decía que pararan pero ellas no me escuchaban, me empezaron a agarrar de los cabellos y arrastrarme hasta una esquina y ahí empezaron a darme de patadas, luego se detuvieron y entre risas se van, yo estaba ahí tirada con el cuerpo adolorido, cuando siento que alguien me ayuda a pararme, era una compañera, ella me lleva a la enfermería, ahí soy atendida, pero escuchaba como la enfermera le decía a Liliana así se llamaba la compañera, le decía que no dijera nada a la directora  por que solo lo empeoraría, al parecer esas chicas que me atacaron tenían mucho poder sobre el colegio, sus padres eran muy importantes, Liliana le dice a la enfermera que no diría nada, yo en mi mente decía "otra vez no", sabia que no tenia otra elección, no quería que mi madre se enterara, no quería que se preocupara, o que otra vez me cambiara de colegio, ya había gastado mucho dinero para ponerme en este, solo me levante y pedí a la enfermera retirarme para mi casa, ella me dice que no trate de cruzarme en el camino de esas muchachas, yo le digo que esta bien, y me retiro, Liliana me sigue y me dice que todo saldria bien siempre en cuando no haga cosas que molestaran a esas chicas, desde ese día Liliana se volvió mi mejor amiga, las dos siempre andábamos juntas, evitabamos no cruzarnos con esas chicas, al parecer todo estaba bien.

Hasta que un día saliendo del colegio, Liliana me dice que se había olvidado algo en clases, yo le digo que iba a ir al baño y que luego nos veríamos en la puerta del colegio, Liliana me dice que si esta bien, yo apresurada voy al baño pero para mi mala suerte ahí estaban esas chicas que al verme sonrien y me piden que entre, yo les digo que no gracias que no quería molestar, en eso una de ellas me agarra del brazo y me jalá para adentro cerrando la puerta del baño, ahí adentro empezaron a darme de golpes, ya no aguantaba mas quería que pararan, pero una de ellas me lanza contra la pared que yo al impactar con la pared caigo al suelo fuertemente cayendo de cerebro, en ese instante muero rápidamente, me veo ahí tirada, mi espíritu se encontraba a lado de mi cuerpo, veía como mi cabeza sangraba, también veo como esas chicas se asustan y empiezan a irse del lugar, al rato mi amiga Liliana entra y encuentra mi cuerpo, empieza a llorar en mi pecho, estaba con mi sangre en sus manos, cuando en eso entra la directora con una de las chicas, estaban acusando a Liliana de mi muerte, ella gritaba que era inocente, que me había encontrado así, la directora no le creyó, y llamaron a la policía al llegar la policía se llevaron a Liliana, yo estaba que reventaba de odio, quería justicia, quería que las verdaderas culpables pagaran.

Paso unos días y todo parecía normal, como si nada hubiera pasado, se habían encargado de mi madre para que ella pensara que Liliana había sido la culpable, mi madre izo que metieran a un reformatorio a Liliana, luego se mudo a otra ciudad, y esas chicas isieron su vida normal, yo estaba atrapada en este lugar, quería mi venganza, primero empecé con Estefani, ella estaba en el baño mirándose al espejo, la maldita se estaba arreglando, yo la empujo contra el espejo luego agarro los pedazos de vidrio y le empiezo a cortar el cuello, la lanzo contra el techo y hago que los vidrios se paren en punta así la atraviesan a ella, jajajajjaaja.....

Luego entran un grupo de alumnas al escuchar el ruido y solo ven el cuerpo de Estefani atravesada por los vidrios, ellas se aterran y salen gritando, luego llega la directora y asombrada por lo que veía, llama a la policía, ellos llegan y no encontraban a un culpable, solo se llevan el cuerpo y en privado hablan con los padres de Estefani, la directora estaba muy nerviosa y pide a los alumnos que no anden solos y que no se quedaran en el colegio hasta tarde, yo solo observaba lo que la maldita decía y sonreía macabramente, eso no me iba a impedir que acabara con las otras que faltaban, espere que pasara unas semanas para que se tranquilizaran, luego que paso el tiempo empecé con mi masacre, ya todos se habían ido cuando solo Miriam y Casandra se habían quedado, ellas estaban conversando por lo sucedido con Estefani, ahí estaban en el aula, yo cerré la puerta del salon y empecé a lanzar las carpetas, ellas estaban muy asustadas que querían salir, yo agarro a una de ellas y la levanto contra el ventilador, su cabeza iba ser decapitada jajajajaja. .... La acerque poco a poco, veía sus ojos llenos de terror, ella suplicaba por su vida, pero eso no me detuvo y pum!!!!... La deje sin cabeza a la maldita su sangre chispaba por todos lados, mientras que la otra estaba aterrada por el espectáculo, solté el cuerpo de Miriam y me acerque a Casandra la agarre de cuello y la lance contra el escritorio del profesor, ella se dio cuenta que era yo,  me pedía perdón y empezó a llorar yo me reí y me mostré ante ella le mire fijamente a los ojos y le dije: YA ES TARDE PARA QUE PIDAS PERDÓN, TE HARÉ TRIZAS ...

Ella grita y trata de escapar, en eso yo la agarro de los cabellos y la arrastro hacia una esquina, luego agarro una de las carpetas y se la empiezo a aventar una y otra vez en su cuerpo, ella muere pero yo no paraba hasta que le ice trizas la cabeza, ahí recién paro y dejo el salón, a la mañana siguiente la señora de la limpieza entra y ve la masacre que había hecho y aterrada va donde la directora y le cuenta lo que había visto y esta sale a ver el salón, se asombra y llama a los padres de Miriam y Casandra, ellos llegan y no podía creer lo que veían, pero estaban destrozados que denunciaron a la directora, por fin veía justicia, la directora fue apresada y por todo lo sucedido mandaron cerrar el colegio, yo aun quería matar a las chicas que faltaban, fui a la casa de María y la encontré en su cuarto, estaba llorando por sus amigas, yo la mire con odio por que ella me había alejado de mi amiga pero  me quedo ahí observándola para encontrar un buen momento para matarla, en eso ella entra a darse un baño, ahí estaba relajandose en el agua, era mi oportunidad, alzo una secadora que estaba ahí la prendo y la tiro al agua, ella se estaba electrocutando, eso me fascinaba jajajajaja. ....

María estaba hecha un humo, ya estaba muerta, por último fui a buscar a Silvia la que me empujo he izo que muriera, fui a su casa y la encontré en la cocina, estaba comiendo con su familia, sus padres también tenían que pagar por mi muerte por que ellos isieron que metieran mas rápido al reformatorio a Liliana, solo para que no averiguaran bien el caso porque sabían que su hija era la culpable, yo cerré bien las puertas y empecé mi venganza, ice que todos los cuchillos se elevaran y los atravesarán por todo sus malditos cuerpos, ellos agonizaban, había mucha sangre, luego veo que Silvia se arrastraba para escapar yo de inmediato la agarro y la arrastró hasta su cuarto, ahí la hago ver al espejo y yo me veo reflejada en el y ella asustada decía que la perdone, a mi eso no me importaba y empiezo a azotar su cabeza varias veces contra el espejo, la sangre chorreaba pos los filos del espejo su rostro estaba destrozado, los ojos ya se le colgaba por la cara, aun así no me detuve estaba llena de ira, después de un rato la lanzo hacia el suelo, ya muerta  la dejo ahí y vuelvo a la cocina, con la sangre que había escribí en la pared que Liliana era inocente y que yo ice justicia con los verdaderos culpables.

Luego regreso hacia el colegio, sabía que estaba condenada por mis actos, y el colegio era el único lugar donde podía estar, pasado el tiempo me entero que Liliana había salido libre, y que continuo con su vida, eso me izo feliz ahora ha pasado varios años y el colegio se ha vuelto en un albergue, aquí estoy con estos niños, yo los cuido de aquellos que quieren hacerles daño.

FIN

Perro de casa sangriento

⚠️!!ADVERTENCIA!!⚠️
Este Relato consta de dos partes y contiene altas dosis de erotismo, sexo explícito y terror, si no le gusta la temática o puede sentirse incomod@ y herir su sensibilidad no lo lea.

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BLOODHOUND HOUSE

                                       CAPITULO 1/2

Tengo 37 años, y la sensación de estar perdiendo mi vida en cada suspiro de aliento.
De mi casa al trabajo y del trabajo a casa.
Rutina, rutina y más rutina.
Monotonía y aburrimiento son las constantes de mi vida, y luego este trabajo de oficina en el hospital, todos mirando a su ordenador sin levantar la cabeza, sin apenas hablar.
Lo único que me hace más llevadera esta asquerosa vida es ella, Marta.
La enfermera del pabellón forense.
Es la más educada y cariñosa de todas las mujeres que allí trabajaban.
Es hermosa y siempre atenta, siempre con esa preciosa sonrisa en la cara que te alegra la mañana.
Confieso que alguna vez no pude evitar masturbarme pensando en ella, o incluso daba vueltas por el hospital persiguiéndola, espiándola sin que ella se diera cuenta.
Aunque lleva como una semana sin aparecer por el trabajo, di vueltas por el hospital por si conseguía verla, pero nada.
¿estará enferma?
¡Oh por dios como la echo de menos!
Aquel viernes después del trabajo pase a tomar unas cervezas en el bar de costumbre, yo estaba apoyado en la barra mientras escuchaba las carcajadas de mis compañeros que se encontraban en una de las mesas.
Yo prefería estar solo, como siempre, absorto en mis pensamientos.
Mientras mi mirada se sumergía en la ventana del local, vi una moto de gran cilindrada que estaba justo enfrente, una mujer enfundada en un pantalón de cuero rojo bajaba y se quitaba el casco. 
¡Era ella!
¡Era Marta!
Se quedó apoyada en un portal, pagué rápidamente mi  bebida  y salí corriendo para alcanzarla.
—Hola Marta, ¿Qué tal? —le dije con voz entrecortada por los nervios—.
Por dios, esa mujer, su simple presencia, su olor, su cuerpo, me ponía a cien, en mi mente afloraban pensamientos, deseos y fantasías que ni me podía imaginar. 
—Hola…mmm Juan, eres Juan ¿cierto?  —me contesto—. 
—Sí, sí, trabajo en el hospital, nos vemos de vez en cuando, —le dije— ¿te ha pasado algo? llevas varios días sin venir al trabajo, ¿ya no trabajas allí?
Marta me miro de arriba abajo, haciéndome un escaneo que ni los que hacíamos en el hospital.
—Demasiadas preguntas amigo, sube, —me contesto Marta—. ¡Venga!
—¿Cómo?, —le conteste asombrado—.
—Que subas, o piensas quedarte haciéndome preguntas toda la noche, —me contesto con tono dominante—.
Subí a la moto sin mucha vacilación.
No me lo podía creer, en unos segundos estaba agarrado a su cintura, mientras circulábamos alta velocidad por la ciudad.
¿Dónde vamos?, —le pregunte—.
Ella me miró sonrió, pero no contesto.
Sin darme cuenta no sé si por la adrenalina de la velocidad, por el olor de su cuerpo tan cerca del mío o por estar agarrado a su cintura, en posición dominante, me estaba poniendo súper cachondo.
Notaba su cuerpo debajo de ese fino traje de cuero, cerré los ojos unos instantes me aferré más aun a ella y me dejé llevar por el momento.
¡Joder había tenido una erección como nunca!
Ella se tuvo que dar cuenta, tenía mi pene pegado a su culo constantemente y cada frenazo era una embestida, como si tuviera vida propia y buscara su satisfacción, sentí que si el camino duraba más terminaría eyaculando.
—¿A dónde vamos?, —volví a preguntar sin obtener respuesta—.
A unos cinco kilómetros fuera de la ciudad tomo un desvió hacia una carretera comarcal y poco después un camino de tierra al lado de un lago.
Al final del camino se divisaba una gran casa, era una mansión, las fachadas eran color rojo sangre.
Era majestuosa, parecía abandonada sin embargo había algunos coches y motos aparcados fuera y por las ventanas se veía luz en su interior.
Ya era noche cerrada, y al bajar me quede quieto, mirando su cuerpo, ese pantalón de cuero marcaba todas sus curvas, era realmente preciosa.
Cuando se volvió la mire a los ojos y un deseo irresistible me obligo acercarme a sus labios, los cuales por alguna extraña causa estaban fríos, tenían un sabor extraño, pero no exentos de sensualidad, mi lengua los recorrió con frenesí dando pequeños mordiscos, para terminar, jugando con la suya.
Con una de mis manos comencé a recorrer todo su cuerpo, ya que la otra la tenía agarrada Marta por la muñeca y presionada contra la pared.
La expedición de mi mano como un aventurero en busca de su tesoro, llego a su pecho y pude notar lo firmes que los tenía como ya apuntaban a la vista.
Estaba cachonda como yo, lo pude notar por sus tiesos y duros pezones.
Fue entonces cuando se acercó a mi oído y después de mordisquear mi lóbulo e introducir su lengua en mí oreja me hizo la pregunta más extraña que me han hecho en mi vida.
—¿te gusta la necrofilia, —me pregunto Marta—.
Quede impactado, sin poder reaccionar, me cogió la mano y entramos en la casa.
Una música instrumental sonaba por toda la casa, creaba un ambiente acogedor a la vez que perturbador.
La seguí casi hipnotizado, llegamos a un gran salón cubierto por una moqueta también color sangre como la fachada, todo decorado con muebles góticos, con altos techos cubiertos con frescos como los de las iglesias.
Imponía la majestuosidad de aquel lugar.
Subió las escaleras con divina sensualidad, contorneando su trasero con provocación, sabía que lo estaba mirando, me hizo un gesto con la mano para que la siguiera.
En una de las habitaciones que la puerta estaba entre abierta pude ver una pareja besándose, totalmente desnudos, eran…extraños, su piel extremadamente pálida y sus cuerpos cubiertos de cicatrices, gemían y emitían alaridos.
Impactado entramos en una habitación, enorme, reinaba una gran cama redonda cubierta con unas sábanas de seda brillante color purpura.
Cerro la puerta y se acercó a mi lentamente, mi corazón se aceleró, su boca suspiraba sobre la mía, metió sus dedos en mi boca y me beso.
Con un beso lento, lánguido, sensual, donde su lengua se perdía con la mía.
Tomándome las manos me puso unos grilletes en ambas muñecas.
—¿quieres divertirte verdad Juan?, mmm, sé que te va a gustar, —me dijo con una voz que era imposible negarse—.
—sí, aquí me tienes para ti, —le susurre casi sin poder hablar de la excitación—.
Fue pronunciar esas palabras y alzo mis manos hacia arriba enganchando los grilletes en un gancho metálico que colgante del techo abovedado.
Apenas llegaban mis pies al suelo, aquella situación me excitaba.
¿Qué me esperaba?, ¿Qué iba hacer conmigo?, pensé.
No me importaba, tenía tal excitación que dejaría hacerme lo que quisiera.
Me desnudo completamente con unas tijeras, sentía como me arañaba la piel, me dolía, pero me gustaba.
Después se puso frente a mí y comenzó a desnudarse poco a poco, lentamente, sensualmente.
Su piel era blanca como el nácar, casi de mármol, como una virgen pintada en un fresco.
Acariciando mi pene erecto como una piedra, sus manos frías, su mirada profunda, no hacían más que incrementar mi deseo de poseerla.
Se arrodillo y mojándose los labios de forma viperina comenzó a lamerla hasta introducírsela totalmente en la boca, mientras me agarraba el trasero, impidiendo me alejara.
Sin darme cuenta tenía uno de sus dedos jugando en mi ano, yo pensaba que como heterosexual tenía un mecanismo de defensa en ese lugar del cuerpo, el cual actuaba ante cualquier elemento extraño, pero no fue así, sentí un placer antes no conocido, posiblemente debido a la excitación descubrí cosas de mi cuerpo que no sabía.
Yo gemía y me retorcía.
—Creo que me voy a correr, —dije—.
—¿te gusta verdad?, hazlo, quiero sentirte dentro de mí, —dijo sensualmente—.
Se incorporó y dándome la espalda acercó su trasero ofreciéndoselo a mi pene, hasta introducirlo totalmente en su sexo.
Contorneaba su cuerpo como las serpientes, con unos movimientos que me hacían ver las estrellas, alternaba lentitud con movimientos bruscos, hacia conmigo lo que quería ya que yo justo me podía apoyar en el suelo, estaba a su merced, me estaba dominando.
—creo que voy a correrme ya, no aguantare mucho, —dije como suplicando su confirmación—.
—¡sí!, ¡hazlo!, ¡hazlo ya!, ¡cerdo, ingrato!, —contesto—.
Ni sus insultos ni su frialdad me provocaban rechazo, sino todo lo contrario, aun me excitaban más, no tuve piedad al correrme y la inundé por completo, pude sentir como recorría su cuerpo como la lava cae por las laderas de un volcán.
Extasiado, aturdido por el momento apenas me di cuenta que ella abandono la habitación.
Solo podía pensar en el polvo que había echado, había sido el mejor de mi vida, si bien es verdad que a mis 37 años tampoco tenía muchas referencias para comparar, incluso solo me la habían chupado una vez, pero, aunque no hubiera sido así, ese polvo estaba seguro superaba incluso cualquier fantasía antes soñada.
Colgado como una lámpara me quede, no sé cuánto tiempo, pero pasarían un par de horas, los brazos los tenía adormecidos por la posición en la que estaba.
Solo quería que me bajara de allí.
Entro en la habitación con una caja de herramientas, como esas que llevan los mecánicos.
Saco una correa y me agarro los pies a un gancho del techo por detrás de mi espalda.
—venga Marta por favor ha estado bien pero ahora ya bájame, no me está gustando esto, — le dije—.
Ella no me hizo ni caso.
Quede inmovilizado, en una posición dolorosa con los pies y los brazos en alto hacia atrás. 
Pude ver como saco una jeringuilla de la caja y se dispuso a coger mis testículos e inyectarme.

…CONTINUARA

                                       CAPITULO 2/2

—¡maldita sea!, si es una broma ya no tiene gracia, —dije nervioso—.
—tranquilo, es un sedante, —me contesto—.
—¿un sedante?, ¿pero qué coño vas hacer?, —dije cada vez más alterado—. ¡suéltame!
—estate quieto de una puta vez, —dijo Marta cabreada—.
Saco unos alicates y trasteo mis testículos colocando algo de metal, ¡joder eso me estaba doliendo!
Después cogió una pistola para pendientes, como esas que usan en las farmacias y agarro la punta de mi pene que estaba flácido como si hubiera salido de una bañera de agua fría con cubitos.
Clic, me coloco un piercing, ¡dios como me dolía!
Seguidamente engancho una pequeña cadena de color dorado entre el aro de mis pelotas y el piercing de la punta de mi polla.
Al acabar puso frente a mí un espejo y pude contemplar su trabajo, un aro unido a un piercing en todo mi miembro.
—¿te gusta?, luego lo probaras, —dijo sonriendo—.
—¡pero estas loca!, ¡joder no voy a consentir nada de esto, bájame de aquí!, —dije elevando el tono—. No tiene gracia
—la tendrá, te lo aseguro, espera y veras, —dijo en forma profética—.
Se abrió la puerta y un hombre que parecía una vestía entro con una muchacha pelirroja maniatada y sollozando. 
La lanzo contra la cama.
Ese tío me miraba con ojos de maldad y desprecio.
Marta se acercó a la muchacha y le quito la mordaza que llevaba puesta y la beso apasionadamente, como antes lo había hecho conmigo, mientras le acaricio los pechos.
Esa escena me puso cachondo, pese a la situación tan incómoda que estaba viviendo, tuve una erección.
¡Joder que dolor!, el puto piercing y el aro de los testículos me provocaron unos calambres que llegaron hasta mi nuca.
Entonces Marta me miró fijamente.
—¿te gusta Juan?, ¿te gusta para ti verdad?, —me provocaba Marta—.
No, ya no me parecía Marta tan atractiva, había algo que me desconcertaba.
La ataron y con un látigo la azotaron con fuerza, hasta que perdió el conocimiento.
Luego la subieron a un potro de tortura que había detrás de unas cortinas, el cual yo ni me había fijado.
Todo lo anterior habían sido caricias con lo que le hicieron después, la muchacha se quejaba y pedía auxilio.
Siguieron azotándola, el tío se puso detrás de ella y sin ningún tipo de cariño la penetro por detrás, dando unas embestidas que movía todo el artefacto de tortura.
Mientras, Marta le comenzó hacer cortes por los brazos, por los costados, por sus ingles, sus ojos resplandecían al ver la sangre, luego comenzó a verterle cera caliente por la espalda, para después darle la vuelta y también hacerlo en sus pezones mientras el mastodonte se la metía en la boca.
Entraron dos hombres más en la habitación.
—¡por favor!, ¡soltadme, no diré nada!, ¡juro que no diré nada!, —les supliqué sollozando—.
—Tranquilo cariño, nosotros lo sabemos, —dijo Marta—.
Lo dijo sonriendo, mientras balanceaba una copa con lo que parecía vino, aunque más denso.
Mientras con los hombres habían entrado dos mastines negros, estaban inmóviles como dos figuras de piedra, observando la escena.
—¡por favor basta ya!, ¡por favor!, —volví a suplicar—.
Pero no me hicieron ni caso.
Con el látigo volvieron a golpear con rabia a la muchacha.
Solo deseaba que todo acabara, que fuera un sueño, echaba de menos mi vacía y tétrica vida.
Marta se tumbó en la cama y la muchacha pelirroja comenzó a lamerle el sexo.
Ella se retorcía entre gemidos, agarraba por los pelos a la chica obligándola a más y más fuerte, parecía más un animal que una mujer en sus movimientos de placer.
Sin querer y viendo la escena me volví a empalmar, viéndolas ansiosas y hambrientas.
Mierda, otra vez ese dolor por el puto piercing, parecía gilipollas, pensé.
comencé a quejarme lo que hizo que Marta se acercara a mí y con sus uñas empezó a rasgarme la piel desde mis axilas hasta mi cintura, el dolor era penetrante, podía sentir el crujir de mi piel.
Entonces no pude por más que darle un cabezazo que casi me hace perder el sentido, haciéndola caer al suelo.
—ahh, me estas empezando a enfadar Juan, —dijo Marta—.
Entonces se acercó a mí, con una sonrisa peligrosa y me agarro de la cadena del piercing y empezó a balancearlo, provocándome un dolor como nunca antes había conocido, obligando a mi cuerpo a retorcerse sin poder evitarlo, arqueando todo mi torso.
—¡hija de puta!, —le grite—.
El mastodonte que había estado dando latigazos a la muchacha y ya no me acordaba de él, se me acerco y me dio un puñetazo en la boca del estómago.
No sé cuánto tiempo estuve inconsciente.
Abrí mis ojos temblorosos, con todos mis músculos doloridos, viendo borroso.
Sentí un ajetreo en la cama.
Tuve que poner de mi parte para darme cuenta lo que allí estaba ocurriendo, porque mi cabeza aun no coordinaba.
Vi a dos engendros alados, como animales sacados del inframundo, bebían del cuerpo degollado sin vida de la muchacha pelirroja, peleándose por ver quien se hacía con el pedazo más jugoso.
Y grite, o llore, o no sé si hice las dos cosas a la vez, creí haberme vuelto loco.
Aquellos seres detectaron mi consciencia, se acercaron hacia mi reptando por el suelo subiendo a mi cuerpo, clavándome sus garras.
—¿Qué te parece?, —dijo Marta con voz burlona igual a la del mismísimo diablo.
Me agarro la cabeza girándola hasta donde se encontraba el cadáver de la muchacha desangrado.
—¿quieres follártela ahora Juan?, mmm, —dijo Marta susurrando—, te bajaremos de aquí para que lo hagas, a nosotros también nos gusta mirar, lo hacemos desde hace siglos, desde que estamos muertos.
Ahora ya nada es igual desde aquella noche, me recorro todas las madrugadas los lugares abiertos de la ciudad, buscando victimas que los diviertan.
Me convertí en lacayo de aquellos seres y de calmar su insaciable sed.
Mis ojos ahora se tiñen de rojo como las paredes de aquella mansión, en la que soy de forma esclava… un morador más.

A.MIRALLES. .. 

Fin ..🔥 
Derechos a su autor

La madre protectora

😲 Debes engañarlos, decía mi madre.   “Ellos algún día vendrán por ti, así como lo hicieron con tus hermanos menores”.  Yo apenas los había...