jueves, 30 de julio de 2020

La madre protectora

đŸ˜Č
Debes engañarlos, decĂ­a mi madre. 

 “Ellos algĂșn dĂ­a vendrĂĄn por ti, asĂ­ como lo hicieron con tus hermanos menores”. 

Yo apenas los habĂ­a conocido, empezaban a caminar y desaparecĂ­an misteriosamente.

—MamĂĄ, ¿dĂłnde estĂĄ mi hermanito?

—¡Shh!, silencio, ellos se los llevaron.

Era tanto mi pavor y el miedo a que ellos me llevasen que obedecĂ­a todo lo que decĂ­a mi madre sin chistar. Era tan cotidiano verla hablĂĄndole a la pared o suplicando a la ventana.  HabĂ­a noches donde me exigĂ­a que durmiera bajo mi cama o que estĂ© horas encerrado en el clĂłset.

Por dĂ­as me daba de comer solo arroz y otros tantos se iba de casa dejĂĄndome sĂłlo manzanas para soportar el hambre.

Ponte esta måscara me dijo aquel día, así ellos no sabrån quién eres. Yo accedí ,al rato escuché sus llantos acostumbrados.

”No se lo lleven, no se lo lleven, a Ă©l no”

Yo me sentĂ­a protegido por la mĂĄscara asĂ­ que me quedĂ© inmĂłvil sabiendo que mi madre me estaba protegiendo. 

Deje de escuchar su voz, me preocupĂ©. Lentamente la busquĂ© por toda la casa, hasta que la encontrĂ© tirada en el jardĂ­n con un cuchillo en sus manos, totalmente desangrada. La sirena de la ambulancia sonaba a lo lejos. 

Con los años entendí que mi madre me protegía de ella misma. Debajo de ese jardín estaban enterrados los huesos de mis pequeños hermanos que no pudieron escapar de su esquizofrenia.

Autora: Patricia Mendoza Cerna

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La madre protectora

đŸ˜Č Debes engañarlos, decĂ­a mi madre.   “Ellos algĂșn dĂ­a vendrĂĄn por ti, asĂ­ como lo hicieron con tus hermanos menores”.  Yo apenas los habĂ­a...